El gato

25 de octubre
Bety trajo un gato (más bien es un gatito), el niño lo llamó “Bigotes”.
27 de octubre
El gato se caga en las macetas, todo llena de pelos, puse al niño a limpiar.
30 de octubre
El niño gastó sus ahorros en las vacunas para el gato.
2 de noviembre
Regresamos del panteón, al abrir la puerta el gato trepó por mi muslo y me hizo daño, le pegué.
6 de noviembre
Le advertí al niño que si no educa al animal lo tiraré en el basurero, el niño lloró y prometió hacerlo.
9 de noviembre
Hoy le pegué al gato porque se subió a la mesa, el niño me vio y desde entonces ha estado muy callado, evitó mirarme durante todo el día.
12 de noviembre
Por fin se largó el maldito gato, el niño ha estado encerrado en su cuarto llorando, no quiso comer ni cenar, que le sirva de lección.
13 de noviembre
Obligué al niño a que comiera, lloró y pataleó, pero comió.
14 de noviembre
Está insoportable, hablaré con su padre para que se lo lleve a su casa unos días.
15 de noviembre
¡Por fin estoy sola! La felicidad, ta-la-ra-ra…
16 de noviembre
Regresó el maldito gato, ha estado rondando la casa y maúlla cada vez que le arrojo algo, y no se larga.
17 de noviembre
Hoy dormí todo el día, no comí.
18 de noviembre
Estoy enloqueciendo, el gato habló conmigo, no lo hizo con palabras, fue con la mirada.
19 de noviembre
No he sido buena madre, ni hija, ni esposa, ni amiga.
20 de noviembre
Es tiempo de despedirme, el gato dice que no dolerá, que al principio arde como una inyección y después la paz (le creo); estoy tranquila: el niño estará con su padre y el gato me guiará durante el camino.
Sergio F. S. Sixtos

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